Nik Douglas
Se ha escrito mucho acerca del mantra, tal parece que tiene diversas definiciones y connotaciones. Doy aquí algunas de esas interpretaciones, junto con otros interesantes aspectos relacionados.
En los trabajos de Sir John Woodroffe (Arthur Avalon):
Mantra es el sonido-aspecto de todo lo que es. Cada devata [deidad] tiene su propio mantra. El mantra no meramente representa o simboliza el devata. Es el devata(Shakti and Shakta, Madrás, 1965, p. 451).
Es verdad que el mantra no tiene significado –para aquellos que no conocen su significado (íbid., p. 482).
La raíz man significa “pensar” y el sufijo –tra indica el carácter “salvador” del mantra. En otra parte he hablado del mantra como “un poder en la forma de una idea revestida con sonido”… Mantra significa aquellas letras o combinaciones de letras que son usados en upasana [adoración a una deidad] y mantra yoga, y que son los mantras de los devatas de la adoración shástrika [según las Escrituras] (Garland of Letters, Madrás, 1963, p.197).
Los mantras reciben varios nombres de acuerdo con el número de sus sílabas. Unbija o mantra “semilla” es, estrictamente hablando, un mantra de una sola letra, junto con su terminación. El mantra puede o no expresar aparentemente su significado (íbid., pp. 233-234).
En el diccionario sánscrito de Monier Williams:
Un instrumento de pensamiento, habla, texto sagrado o frase, verso místico, fórmula mágica (personificada algunas veces), encantamiento, hechizo.
En la obra de B. Bhattacharya:
Los mantras, o sílabas místicas, constituyen la columna vertebral del esoterismo tántrico y del vajrayana. Existen innumerables variedades, tales como bija hridaya,upahridaya, puja, arghya, pushpa, dhipa, dhupa, naivedya, netra, shikha, astra,raksha y otras más. La mayoría de estos mantras no son más que una sarta de palabras sin significado, pero a veces revelan claramente la influencia de un lenguaje desconocido actualmente. Sin embargo, es imposible decir cuándo fueron introducidos estos mantras en la India antigua. Los mantras del vajrayana parece que son un desarrollo de los dharanis [bija mantras budistas] (Introduction to Buddhist Esoterism, Benarés, 1964, p. 55).
En la obra de H. Zimmer:
Man (etimológicamente relacionado con “mental”) significa “pensar o tener en mente”; por lo tanto mantra es “un instrumento para evocar o producir algo en nuestras mentes”, específicamente “una fórmula sagrada o encantamiento mágico para evocar o traer a la mente la visión y la presencia interna de un dios” (Myths and Symbols in Indian Art and Civilization, Nueva York, 1946, p. 140).
Un impulso para formar una imagen pictórica que obligue a los seres a ser como ellos son en su más íntima esencia. Es una fuerza imperiosa, instrumento mágico, por el que de manera inmediata la realidad-apariencia de los dioses, el juego de los poderes místicos, trabaja. Mantra es poder, no argumento o proposición. Lo que sea pronunciado “en el mantra” es un hecho. De cualquier manera, palabras son acciones en este reino (Ewiges Indien, p. 81).
En los escritos de K. G. Diehl:
Los mantras son instrumentos. En parte no tienen significado y frecuentemente no son comprendidos por quien los lee. Tienen lugares fijos en el ritual y efectos variados, y no pueden ser intercambiados. Todos ellos son medios indirectos para alcanzar algo… Fórmulas (mantras), sílabas (bijas) sujetan a los dioses y pueden ser dirigidos; de esta manera el que ejecuta los ritos se hace partícipe de lo divino (Instrument and Purpose: Studies on Rites in Southern India, Lund, 1956, pp. 94 y 100).
En las obras de M. Eliade:
El valor práctico y la importancia filosófica de los mantras descansa sobre dos ordenes de hechos: primero, la función yóguica de los fenómenos utilizados como “soportes” para la concentración; segundo –y esta es la peculiar contribución tántrica– la elaboración de un sistema gnóstico y una liturgia interiorizada a través de la revaloración de las tradiciones arcaicas relativas al “sonido místico” (Yoga: Immortality and Freedom, Nueva York, 1958, p. 212).
Vasubhandu en su Bodhisattvabhumi, escribe que el verdadero significado de los mantras subyace en su ausencia de significado, y que al meditar en su no significado uno puede comprender la irrealidad ontológica del universo (íbid., p. 216).
De acuerdo con A. Govinda:
La palabra símbolo, el sonido sagrado (tib. Gzungs-sNags) que, transmitido al iniciado por el preceptor, hace que su personalidad vibre en consonancia y se abra hacia la experiencia más elevada (Foundations of Tibetan Mysticism, Londres, 1969, p. 90).
De acuerdo con A. Daniélou:
El término Veda, en el sentido del puro “conocimiento sin principio”, no se refiere necesariamente a los himnos védicos sino a esas fórmulas antiguas o mantras, las cuales no pertenecen en particular a ningún lenguaje conocido y que se mantienen como la llave del conocimiento secreto transmitido por los grupos esotéricos hindúes (Hindu Polytheism, Nueva York, 1964, p. 200).
Al lenguaje original o verdadero pertenecen las palabras sagradas usadas en la adoración llamadas mantras. La palabra “mantra” significa “forma de pensamiento”. Por medio de la comprensión del significado interno del mantra podemos alcanzar la naturaleza de aquello que representa. Los mantras son de alguna manera idénticos a las deidades. El poder de la deidad es inherente a su nombre, su fórmula, su mantra, que llega a ser el vehículo sutil a través del cual puede establecerse contacto entre la deidad y el adorador. Por medio de los mantras adecuados se puede evocar todo tipo de ser. Los mantras son, por lo tanto, la llave de todos los rituales en todas las religiones y también son usados en todas las formas de magia (íbid., p. 334).
La primera percepción de un mantra se atribuye siempre a un contacto directo entre un ser humano y una divinidad. El mantra tiene que ser recibido primero directamente de una encarnación divina o ser atestiguado por un vidente como una visión sobrenatural. De ahí que “el primero que pronuncia el mantra es su vidente”. El mantra representa una deidad definida que es alabada y complacida; “eso de lo que se habla es la deidad”. Puede tener además un propósito o acción particular por el cual es usado (íbid., p. 335).
De acuerdo con A. Bharati:
Un mantra es un semi-morfema o una serie de semi-morfemas, o una serie de genuina mezcla y semi-morfemas dispuestos en patrones convencionales, basados en tradiciones esotéricas codificadas, y transmitidas de un preceptor a un discípulo en el curso de una iniciación ritual prescrita (The Tantric Tradition, Londres, 1965, p. 111).
De acuerdo con A. Mookerjee:
Un mantra es primeramente un sonido mental y se considera fundamental tanto en la creación como en la disolución de toda forma. Un mantra ejerce su poder, no tanto al expresar el significado tal como nosotros lo comprendemos, sino más profundamente por medio de sus vibraciones sonoras. El poder de un mantra consiste en el efecto de su patrón de ondas sonoras (Tantra Art, Basilea, 1966, p. 18).
Nik Douglas, Tibetan Tantric Charms and Amulets, Nueva York, Dover.
Traducciones al español de los libros citados:
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Sir John Woodroffe (Arthur Avalon), Shakti y Shakta, Buenos Aires, Kier.
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Mircea Eliade, Yoga: inmortalidad y libertad, México, Fondo de Cultura Económica.
Bibliografía sobre mantras en español:
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Kailash Vajpeyi, Mantras. Palabras de poder, México, Editorial Yug.
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John Blofeld, Mantras. Sagradas palabras de poder, México, Edaf.
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Suami Vishnu Devananda, Meditación y mantras, Madrid, Alianza Editorial.