Cuando Cristo nació, tres reyes llegaron a ver al niño. Uno de ellos declaró que el niño amaría a Dios. El segundo dijo que él sería amado por Dios. El tercero declaró que él era Dios. El que ama a Dios es un mensajero de Dios. Aquel a quien Dios ama es un “Hijo de Dios”. Cuando uno experimenta ambas cosas, se vuelve uno con Dios. “El Padre y el Hijo son uno.”

-Sai Baba